TEATRO A LO GRANDE POR PRECIOS DIMINUTOS
Una buena idea para para ver teatro gratis en Madrid o casi, porque si tienes cuatro euros en el bolsillo, puedes disfrutar de uno de los planes de ocio más originales y sorprendentes de la capital madrileña: los microteatros. Esta iniciativa, puesta en marcha en el número 9 de la calle Alberto y Chicote, está arrasando en Madrid por su mezcla de frescura, transgresión y entretenimiento a precios más que seductores.
A lo largo de cada mes se representan cinco obras distintas, de 15 minutos de duración cada una, que giran en torno a un mismo tema: los sueños, el sexo, el orgullo… Estas representaciones express cuentan con seis pases al día desde las 20h hasta las 23h, y además, de miércoles a sábado también se celebran “sesiones golfas” a partir de las 23,30h. Para hacer honor a su nombre, todas las micro-obras se representan en diminutas habitaciones cuyo aforo máximo es, precisamente, de 15 personas.
El mecanismo para participar en los microteatros no podría ser más sencillo: llegas (es recomendable aterrizar en la taquilla con algo de antelación), eliges qué obras quieres ver, pagas cuatro euros por cada una de ellas y mientras esperas que llegue tu turno, te puedes tomar una caña o un refresco en la barra del local. Cuando la acomodadora anuncia tú obra a grito “pelao”, debes unirte al resto de espectadores y bajar hasta el cuartito habilitado como sala teatral. Una vez allí, tomas asiento y ya está, es hora de disfrutar del espectáculo dramático, y a tan solo unos centímetros de los actores, pues el escenario es la propia habitación, sin tarimas ni telones.
La proximidad entre público e intérpretes resulta electrizante y pone la piel de gallina, ya sea entre las risas de una función cómica como ante las lágrimas contenidas de un drama condensado en poco más de un cuarto de hora. Y precisamente esa punzante cercanía es la clave de esta propuesta de ocio en Madrid, ya que permite crear una atmósfera intensa, mágica y emocionante que dejará sin respiración incluso a quien nunca se hubiera planteado pasar una tarde de viernes en el teatro. Sin duda, una alternativa de lo más singular de after work Madrid.