PASEO DE LA CASTELLANA, EL CORAZÓN DE MADRID
Para conocer Madrid, su historia y evolución arquitectónica, no hay nada mejor que recorrer el Paseo de la Castellana, aunque en realidad, deberíamos decir que no hay nada mejor que recorrer esa gran avenida, que cruza el corazón de la ciudad de norte a sur, adoptando hasta tres nombres diferentes en su empeño:
Paseo de la Castellana, Paseo de Recoletos y Paseo del Prado, y que unen el último gran proyecto arquitectónico de Madrid, el parque empresarial Cuatro Torres Business Area, con uno de sus complejos más tradicionales: la estación de Atocha.
Juntos, estos tres tramos dan forma a una arteria madrileña emblemática que podríamos recorrer una y otra vez, disfrutando de sus palacetes convertidos en embajadas, hoteles y sedes administrativas, y edificios singulares como la Puerta de Europa, el estadio Santiago Bernabéu, la Biblioteca Nacional o el Museo del Prado y cuya estructura se articula en torno a varias plazas y glorietas entre las que destaca La Cibeles.
Caminar por esta gran avenida que es el Paseo de la Castellana de inicio a fin supone realizar un viaje en el tiempo, desde la actualidad hasta 1851, cuando la estación de Atocha tan solo era un embarcadero y Madrid dejaba de ser una pequeña capital para convertirse, en los años venideros, en una gran metrópoli. Un viaje que no te llevará más de una hora y media a pie, en línea recta, caminando por zonas arboladas y peatonales en la mayoría de las ocasiones, y que también puedes hacer en transporte público, por el precio de un billete sencillo de autobús, en la Línea 27 de la EMT.
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