LA CALIDAD DEL AIRE DE MADRID VA DE COLORES
Como todas las grandes ciudades en la ebullición del siglo XXI, Madrid soporta los mismos problemas de calidad del aire. Para tratar de resolverlos, la Comunidad de Madrid -no sólo en la ciudad de Madrid- puso en marcha en el 2006 la “Estrategia de Calidad del Aire y Cambio Climático 2006-2012”, que coloquialmente pasó a denominarse “Plan Azul”.
El “Plan Azul” apuesta por la mejora de la calidad del aire, con la estrategia de reducir las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero, incluyendo el desarrollo e implantación de más de 100 medidas que afectan a los principales focos de emisión de la región: el sector transporte, el sector residencial, el sector industrial y el sector primario (agricultura, ganadería y medio natural).
La protección del medio ambiente atmosférico engloba tanto el control de las emisiones a la atmósfera, como el conocimiento de la dispersión de los contaminantes, vigilando los niveles de inmisión, esto es, su concentración en el aire ambiente.
En este post, y por ser uno de los elementos contaminantes más importante, nos vamos a centrar en el sector transporte, es decir, en los vehículos de tracción mecánica y dentro de ellos en los propios vehículos dependientes del Ayuntamiento de Madrid.
Y así llegamos a otro color, también símbolo de la naturaleza y del más saludable medioambiente, como es el color verde. Vamos a ver que es eso.
La “flota verde” de Madrid
Según los datos del Ayuntamiento, más del 40% de los vehículos municipales cumplen los requisitos para ser considerados como “flota verde”. De ellos el 25% (1.104 unidades) funciona con propulsión a base de gas natural comprimido (GNC): 671 autobuses de la EMT de Madrid, 418 camiones de recogida de basuras y 15 grúas de Madrid Movilidad para la retirada de coches mal aparcados.
El gas natural supone el 27,14% de la energía que se consume en la ciudad (cinco puntos más que en 2003) y la previsión es la de seguir creciendo, especialmente en el sector del transporte rodado. El gas es uno de los puntos fuertes en el Plan de Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid.
Y todo esto porque cada vez está más claro que los autobuses urbanos son el área donde antes se está generalizando la utilización de combustibles alternativos y los nuevos sistemas de propulsión de contaminación “cero”. Por ejemplo, en la EMT de Madrid todos los autobuses que se incorporan a su flota -la más grande de España- no pueden ser diésel, ni híbridos diésel. Sólo pueden ser de gas, hidrógeno o eléctricos, tanto si son híbridos como si no lo son.
En 2015, el 100% de las líneas de la EMT que circulen por la zona de bajas emisiones, lo harán con autobuses limpios, para lo cual se están instalando además filtros en 485 autobuses, se sustituirán 235 autobuses de biodiésel por otros GNC, y se están incorporando desde el pasado mes de junio autobuses híbridos GNC-eléctricos.
Estas últimas unidades entregadas son las Tempus de Castrosua, con hibridación de serie y están propulsadas por un motor térmico de GNC de Iveco, de 100 kW de potencia y 2.995 centímetros cúbicos, que mueve un generador eléctrico que almacena la energía eléctrica en tres baterías de tracción del tipo Zebra (Ni-Na-Cl2) de 62 kWh de capacidad. Este sistema alimenta a un motor eléctrico marca Siemens de 152 kW de potencia, constituido por dos motores de 76 kW cada uno acoplados mecánicamente y que transmite el movimiento al eje trasero del autobús.
Tienen una autonomía de 45 minutos funcionando en modo eléctrico puro. Cuando se usa el motor térmico GNC se recargan las baterías al igual que en la frenada, de la cual también se recupera la energía. Al ser un autobús enchufable puede recargar sus baterías por conexión a la red eléctrica convencional cuando se encuentra fuera de servicio.
Circulando en modo eléctrico puro no produce ni ruidos ni gases contaminantes y los niveles emitidos en modo GNC son mínimos, incluso un 30% menos que un autobús GNC estándar, debido al reducido tamaño y cilindrada de su motor. Dependiendo del estado de la batería, el motor térmico puede apagarse mientras el autobús realiza las paradas cuando se esté en modo híbrido. Esto es posible gracias a su sistema start-stop, con el consiguiente ahorro.
Antonio Mozas
Foto de Michael Marais en Unsplash