EL TREN DE LA FRESA. DE EXCURSIÓN POR MADRID.

By Published On: 27 julio, 2012

Si vives en Madrid o vienes a Madrid con un poco de tiempo, tienes una buena oportunidad de disfrutar en estos meses de verano de un clásico del turismo madrileño y quizás de una de esas iniciativas singulares que cada vez será más difícil ver en el futuro. Es el Tren de la Fresa y en este año, como iniciativa ‘retro’, se celebra su 28º cumpleaños, con una locomotora de vapor y viejos vagones que han observado el progreso del ferrocarril durante casi todo un siglo.

Toda la vida he vivido en Madrid y sin embargo ha sido este año cuando, al ver nuevamente la noticia en la tele, propusimos a unos amigos hacer esta curiosa excursión.

Me fui a la Estación de Chamartín (no se por qué RENFE no vende los billetes de tren por Internet), y saqué los billetes para un sábado de julio. Pagué 30 Euros por cada billete, que incluye la ida y vuelta en el tren, así como dos visitas guiadas: el Palacio de Aranjuez y el Museo de Falúas.

La temporada del Tren de la Fresa comienza a finales de junio y se prolonga hasta el mes de octubre. Sólo opera en sábados y domingos y parte del mismo Museo del Ferrocarril de Madrid (antigua Estación de las Delicias) en el Paseo de las Delicias, 61.

La idea de rememorar el recorrido del que fuera el primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid y el segundo de la Península en un ‘tren de época’ tiene su origen en 1984 y, desde entonces, el Tren de la Fresa se ha mantenido fiel a su cita anual.

El Tren de la Fresa permite conocer de primera mano cómo eran los viajes a principios del siglo pasado. Lo haces a bordo de un tren con una locomotora de vapor, alimentada con carbón, dos furgones y cuatro coches de viajeros adquiridos por RENFE entre 1914 y 1930, ya restaurados (con aire acondicionado), pero conservando sus primitivos bancos de listones de madera, lo que no supone un grave inconveniente, si lo que se trata es de hacer turismo en un viaje que dura poco más de una hora y media.

Aranjuez fue la primera ciudad en estar comunicada por ferrocarril con Madrid. Por tanto, el tramo de línea ferroviaria entre Madrid y Aranjuez cuenta ya con 160 años de historia. Su inauguración, el 9 de febrero de 1851, permitió que la capital de España se comunicara con el Real Sitio de Aranjuez, pero sobre todo permitió que las poblaciones por las que discurre el tren (Villaverde Bajo, Getafe, Pinto, Valdemoro, Ciempozuelos y Seseña), se incorporaran progresivamente a la era industrial con el impulso de un novedoso modo de transporte al que se comenzó a denominar Camino de Hierro o Ferro-Carril.

Ya en el tren para hacer el trayecto hasta la estación de Aranjuez, el ambiente naturalmente es bastante festivo -sin periódicos, sin las corbatas de los rutinarios pasajeros del Puente Aéreo y sin desayuno (tampoco lo da Iberia ahora), pero si con el obsequio de una tarrina de auténticas fresas de Aranjuez, con las que es fácil recordar lo que eran antes las fresas y no las que comemos ahora.

Llegar en tren hasta Aranjuez, este lugar privilegiado junto al río Tajo, es ya un acontecimiento en sí mismo. El Paisaje Cultural de Aranjuez es uno de los más bellos ejemplos del mundo de la fusión de la naturaleza y la mano del hombre. Todo empezó en el siglo XVI con la idea de servir para el descanso de la Monarquía y de su Corte y los resultados son admirables, aún hoy día. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001.

En el parking de la estación te recoge un autocar que te lleva hasta las puertas del Palacio Real para realizar la visita del mismo y observar el perfecto estado de conservación en que se mantiene.

Después tienes tiempo suficiente para buscar  el restaurante que habíamos elegido previamente, con la información de ‘tripadvisor.es’ sobre los mejores restaurantes de Aranjuez. Reservamos en el 2º mejor de los 51 restaurantes de Aranjuez,-el Restaurante José Carrillo-, donde nos dijeron por teléfono que tenían un menú a 25 Euros. Comimos muy bien y es un restaurante a recomendar.

Después de comer visitamos el Museo de Falúas, un museo bastante curioso, donde se encuentran las peculiares embarcaciones de recreo que usaban los nobles de la época para pasear por el río.

El regreso al centro lo puedes hacer paseando por los jardines, disfrutando de las bonitas fuentes que salpican el parque entre frondosos y centenarios árboles.

El tren regresa a las seis y media de la tarde, para llegar a Madrid, poco después de las ocho.

Antonio Mozas

Más información: http://www.museodelferrocarril.org/trendelafresa/principal.asp

Foto de Casey Horner en Unsplash

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About the Author: Ana Calero

Licenciada en Ciencias Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid. Forma parte del equipo de Apartamentos Proinca y es una enamorada de Madrid
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